lunes, 23 de marzo de 2015

Otra noche más

Aquí estás, otra noche de domingo. Más bien, otra madrugada de lunes. 

Nada diferente a las demás. No dejas de dar vueltas en la cama,
pasan miles de cosas por tu cabeza, millones de preguntas. 

Te levantas de la cama, andas, miras a tu alrededor,
no sabes qué hacer, te vuelves a acostar.

Tienes un examen mañana, en cambio te decides por escribir.
Tienes el estómago revuelto, no has cenado bien, tienes nervios.

Nervios de no saber qué es lo que exactamente te está pasando,
de no saber qué es lo que está cambiando, pero te resulta familiar.

Entonces te das cuenta.

Te das cuenta de que nada es como pensabas, de que no es tu momento, ni tu lugar.
Te das cuenta de que no estás con los tuyos, aunque ya no sepas bien quienes lo siguen siendo. 

Y a pesar de que haces lo posible para que todo cambie, te vienes abajo. Una vez más.
Te resulta demasiado frustrante no obtener nada a cambio después de tanto esfuerzo
Estás cansada de dar sin recibir, de que no se den cuenta de lo que haces. Ni lo aprecien.
Se te pasa por la cabeza abandonar, pero no abandonarte. Empezar de cero.

Sigue dando vueltas por tu cabeza aquella frase que te dijo, "no valoras lo que tienes..."
Pero cuando lo piensas bien, descubres que en verdad, por mucho que te digan, no tienes nada.

Es ahí cuando el nudo de tu estómago no puede más, tú no puedes más, y rompes a llorar.
 Sólo tienes ganas de correr, huir, dejarlo todo tal y como está, y seguir llorando.

En cambio, sabes que por mucho que quieras irte, no puedes, o no debes. O no quieres. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario